El recorrido hacia MIL comienza afuera, a más de 3500 msnm., en donde todo guarda propósito y sentido.
Seis momentos. Ocho ecosistemas. Una experiencia guiada que te invita a leer el paisaje a través de ingredientes, historia, saberes y colaboración.
El recorrido inicia fuera, donde las ruinas de Moray, una obra maestra de ingeniería y cosmología andina, abren el espacio a la observación. Frente a sus terrazas circulares, nuestros antropólogos comparten hipótesis sobre su función en el imperio incaico: laboratorio agrícola, centro ritual, archivo del clima. La historia está viva. Y está en uso.
Desde ahí, la caminata continúa hacia la chacra. Entre cultivos vivos, observamos y probamos ingredientes que han persistido durante siglos, conservados hoy por nuestras comunidades aliadas de Mullaka’s Misminay y K’acllaraccay.
El tercer momento asciende por las colinas que rodean MIL. Allí, una caminata guiada por la diversidad de plantas permite reconocer, oler, y entender cómo el conocimiento etnobotánico sigue vigente en las prácticas cotidianas.
En el interior, la mesa Mater despliega los ingredientes que sostienen nuestra cocina: papas, tubérculos, granos, hierbas, raíces. Todo lo que da forma, sabor y sentido a nuestro menú.
El siguiente momento propone una degustación de fermentos y destilados elaborados a partir de raíces, cereales y flores. Un diálogo entre técnicas tradicionales y exploraciones contemporáneas.
Inspirado por todo lo anterior, el recorrido culmina en la mesa. Ahí se presenta el menú MIL, un viaje vertical por ecosistemas de altura, con estaciones y sabores que solo existen en este lugar.